Es sin duda el triatleta revelación del año. Si bien venía prometiendo muy fuerte desde hace unos años gracias a sus grandes marcas en atletismo, ha sido este 2021 cuando ha reventado el panorama internacional. Lo hizo primero ganando la Serie Mundial de Leeds donde demostró que había llegado su momento y era merecedor de esa segunda plaza olímpica para Reino Unido. Tras una frenética lucha con Alistair Brownlee, Yee ganó el pulso y se el otorgó la plaza para estar en Tokyo. El resultado: una plata individual y un oro en relevos mixtos. Sin duda la apuesta por Alex Yee fue la más acertada.
Pese a que incluso él mismo sabía que tenía muchas bazas de regresar a casa con dos medallas olímpicas, tal y como ha ocurrido, Yee ha reconocido en una entrevista a la BBC que ha tenido que luchar mucho contra los problemas de autoestima que sufre. «A toro pasado» hubiera sido fácil para él decir que había trabajado mucho y que merecía esa plaza olímpica y esas medallas, pero sus declaraciones han estado lejos de ello, y eso le honra aún más.
«NO ME SENTÍA DIGNO DE ESTAR EN LA LÍNEA DE SALIDA»
De la euforia por tener la plaza a estar en la línea de salida con la cabeza como una lavadora: «en ese momento luché contra la autoestima como deportista. No me sentía digno de estar en esa línea de salida». Por fortuna el triatleta británico pudo luchar contra sus demonios y estar en dos podios que lo recompensaban todo: «No hay nada como estar en un podio olímpico para demostrar que mereces ser parte de la carrera».
«ESTOY EN LA LUNA»
En la prueba de relevos mixtos sufrió una presión mucho mayor al hacer el 4º relevo y depender de su actuación el resultado de sus compañeros y de un país entero. Con la confianza de la plata individual, Yee salió a por todas: «Recuerdo estar parado en la línea de salida pensando: Tengo que hacerlo por estos muchachos. Esa es probablemente la mayor presión que he sentido en mi vida. Me alegro de haber podido dar un paso al frente. Estoy en la luna».
Yee reconoce que tardará mucho tiempo en asimilar lo que ha hecho y que no encuentra las palabras para describir sus emociones. También asegura que seguirá trabajando más duro que nunca y que, por supuesto, estas medallas no le van a cambiar nada en su forma de entender la vida y el deporte: «No voy a cambiar. Solo quiero seguir igual. Hacer el mismo entrenamiento, trabajar duro, desayunar el mismo desayuno y ver la misma televisión basura por las noches».
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