En numerosas ocasiones hemos hablado sobre la poca atracción y «gracia» de algunas sedes de las Series Mundiales de Triatlón que se han disputado a lo largo de los últimos años. Algunas de ellas con ciudades y barrios «fantasma», alejados del centro de la población y como si de un polígono industrial se tratase (por no hablar de circuitos de Fórmula 1).
Pontevedra ha marcado el ejemplo a seguir para la atracción hacia nuestro deporte
Esto se trata de gustarles a las televisiones y también de hacer que las personas de las ciudades anfitrionas se echen a la calle a animar y disfrutar del espectáculo. No vamos a decir que lleguen a ser lo que ha sido Pontevedra este fin de semana porque está al alcance de muy pocas ciudades o quizá ninguna más. Y es más fácil decirlo cuando eres español, pero por fortuna tenemos muchas declaraciones de triatletas participantes extranjeros que se han marchado de Pontevedra boquiabiertos; como Kristian Blummenfelt o Alex Yee, entre muchos otros.
El tema de cortes de tráfico y un largo etcétera sabemos que son los motivos por los cuáles se tiende a organizar pruebas en lugares fantasma, pero eso no es el Triatlón ni lo que nos va a ayudar a ganar notoriedad e impacto mediático. Si Alex Yee quedando el 30º y perdiendo el mundial ha dicho que esta carrera de Pontevedra ha sido «de otra galaxia» es por algo.
Pontevedra es Triatlón
Había que sacar papel, boli y muchas horas para determinar cuáles son los motivos reales de que Pontevedra haya regalo este momento al triatlón mundial. Seguro que el centro de la ciudad, las estrechas calles y un fin de semana soleado son cosas que tienen que ver. Pero la pasión que vive esta ciudad por el Triatlón no es de ahora, y personajes como Iván Raña (recién incluido al ‘Hall of Fame’) o Javier Gómez Noya tiene mucho que ver; sin querer olvidarnos de otros más humanos pero que tienen también una gran culpa de este ‘boom‘ como Pablo Dapena o Antonio Serrat.
Conclusión
Pontevedra ha sido como una mañana de Reyes Magos. España ha vuelto a demostrar una solvencia descomunal organizando pruebas de máximo nivel (fruto de ello es que el próximo 2024 volvamos a organizar la Gran Final WTS). Y es una pena que «poderoso caballero Don Dinero» mande también para decidir quien se queda las sedes WTS, pero es la realidad. Nuestro deporte necesita ese dinero pero también muchas ciudades más como Pontevedra.
¡Lume!