Ayer se disputó la mítica París-Roubaix, una de las carreras de ciclismo más esperadas del año que va desde Compiègne (ciudad próxima a París) hasta el el velódromo de Roubaix; por donde hay que pasar por un total de 30 zonas de pavé a lo largo de sus 260 kilómetros de recorrido. El triunfo en solitario fue para Mathieu van der Poel en esta 120ª edición de la carrera, si bien para el Triatlón, el dato curioso nos lo deja Cameron Wurf.
El triatleta y ciclista del Team INEOS disputó la París-Roubaix finalizando en 6h11’14» con una media de 42,5 km/h, una locura teniendo en cuenta el terreno y la dureza de la prueba. El deportista canadiense finalizó en la 128ª posición a 22′ del vencedor, pero no le pareció suficiente para dar por concluido el día.
Tras llegar al hotel con el equipo y cambiarse, ni siquiera un par de horas después de acabar la prueba, Wurf se puso las zapatillas de correr y se hizo una media maratón en 1h26′. Tras correr 21 kilómetros con el dolor de piernas de una París-Roubaix a 4’07″/km de media, Wurf bromeaba que ya estaba hambriento y valía por hoy. Sin duda ha podido ser el entrenamiento en transición más bestia que hayamos podido ver, ya que el tramo de ciclismo no sólo es duro por su terreno, sino por el vertiginoso ritmo que le han puesto en esta edición. Wurf sigue con su #RoadToNiza 2023…
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