Si somos críticos con los tramposos que viven a miles de kilómetros de aquí, también hay que serlo con los que tenemos más cerca, que por desgracia también existen. Virginia Berasategui ha vuelto a competir este fin de semana en Triatlón y a hacer crónicas. Una persona que, como cualquier otra que ha hecho trampas al mundo entero pero sobre todo a sí misma, no debería de volver a poder tomar la salida de una competición.
No es una crítica a alguien en particular, es una crítica al sistema y a la sociedad que permite que un tramposo vuelva como si nada hubiera pasado. Tras dar positivo en el año 2013 en un control realizado tras el Triatlón de Bilbao, tras ser sancionada y tras admitir que se dopó, en su conciencia queda si quiere volver a participar en una competición y a relegar un sólo puesto atrás a personas que de verdad aman el deporte y todos los valores que lo rodean; pero cada uno que haga su juicio de valor.
Ayer fue 26ª en el Triatlón de Getaria después de estar a punto de finalizar segunda pero confundirse y dar una vuelta de más corriendo. Nos queda el consuelo de no haber arrebatado una medalla y una foto en un podio (que cuesta mucho conseguir) a ninguna triatleta, aunque lo sentimos desde la 27ª clasificada hasta la última. Bueno sí, y también por todas las mujeres de la categoría V1, ya que Virginia ganó…
No vamos a entrar en críticas hacia el Club Deportivo Bilbao (al cual representa Virginia) ni hacia la organización del Triatlón de Getaria por no plantarse ante esta situación. Queremos que este artículo quede como una opinión puramente personal y como reflexión al futuro que queremos para nuestro deporte y al legado que queremos dejar a los niños y niñas de nuestras escuelas.
Con el dopaje, TOLERANCIA CERO.
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