El IRONMAN 70.3 Oceanside (California) dejó el sprint entre Lionel Sanders y Rudy Von Berg como el gran protagonista de la jornada. El gran (y meritorio) triunfo de Jackson Laundry quedó eclipsado por lo que ocurriría segundos más tarde en la misma alfombra de meta donde él se dio un baño de masas; así como la 4ª posición de Alistair Brownlee, donde reconoció la superioridad de sus rivales y se mostró feliz de estar de vuelta.
Se vivió uno de los finales más épicos de la historia de la media y larga distancia con este sprint por la segunda posición donde finalmente los jueces otorgaron a Lionel Sanders esa plata por delante de un Rudy Von Berg que no está del todo conforme con la decisión al ser, totalmente, sin ninguna profesionalidad por parte de la organización tomando la ‘foto finish’ con un teléfono móvil después de cobrar 600€ por inscripción: «Ironman necesita tener una línea de meta y un acabado fotográfico preciso en lugar de un iPhone. Sin línea de meta, ¿quién decide dónde dividir a los dos atletas?». Aún así, el propio Von Berg reconoce haber sido una carrera emocinoante para ellos y para el público donde se lamenta de no haber aprovechado la oportunidad de poder decir que ha ganado a Sanders.
El triatleta belga también compartió algunos de los datos de ese agónico sprint final de 19 segundos tras casi 4 horas de esfuerzo: comenzando a 3’17″/km ese cambio de ritmo, pasaron a correr a 2’32″/km para estar tocando ritmos de 2’12″/km los últimos metros de sprint.
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