El otro día decíamos un artículo a la épica vida e historia de superación del canadiense: “Del alcohol, las drogas y el suicidio a la mejor marca de la historia en Ironman. La historia de Lionel Sanders”.
En declaraciones a la franquicia Ironman ha contado los ambiciosos objetivos que se plantea por delante. Nada más ni nada menos que ser campeón del mundo 70.3 y campeón del mundo Ironman en Hawaii. Lionel ha confesado que para ello debe de mejorar mucho su natación, ya que por ejemplo en Arizona perdió 8 minutos con la cabeza de carrera. Confiesa que, de bajar esa diferencia a 3 minutos, se ve capacitado para lograrlo.
Un potente cuerpo y una cabeza muy muy curtida le acompañan en su camino a la gloria hawaiana. Recordamos que este triatleta realiza el 90% de sus entrenamientos en el garaje de su casa, ya que él cree que es la mejor manera de entrenar. Con estos objetivos, deberemos si cambian sus planteamientos de entrenamiento.
También ha contado que el Triatlón es un deporte joven y que aún nadie se ha acercado a los límites. “Para ganar un Ironman dentro de 10 años, habrá que bajar de 7 horas y media”. Los límites de los que habla son los mismos que él persigue.
“Quiero ganar el título mundial en Hawaii, pero todavía tengo alguna debilidad y no quiero tener ninguna para lograrlo. Me voy a centrar en mi natación. Todavía no he logrado ser el triatleta que quiero y voy a llegar a serlo”. No sabemos si lo logrará o no, pero sin duda es uno de los grandes nombres que suenan para 2017. No lo olviden… ¡Lionel Sanders!