“No copiarás”. 100, 300, 1000…infinitas. Todos tenemos en el recuerdo, la voz de algún profesor, que nos recordaba la prohibición de levantar la cabeza de nuestro examen.
Quizás sea por esto mismo, o no, pero el recuerdo de la adolescencia, y la rebeldía inconsciente propia de este momento vital, hace que hoy en día sigamos queriendo copiar.
Y aquí viene el problema. Todos los días abrimos nuestras cuentas en las RRSS. Muchas veces después de realizar nuestro entrenamiento. A veces este ha sido bueno, otras malo, y otras, simplemente ha sido. Dentro de nuestro proceso como deportista, nuestra planificación, única e intransferible.
Pero no. Abrimos, leemos, y copiamos. Perdón. Abrimos, leemos, comparamos (y si nos parece que Fulanito es muy bueno), copiamos. No sabemos que ha hecho Fulanito el día anterior, ni que hará el siguiente, ni su trabajo, ni, básicamente, nada. Además, Fulanito, probablemente no publicará sus entrenamientos de miseria. Pero no hay que preocuparse, ese día será Menganito el que publique, y volveremos al punto de inicio.
No hay que vivir en una caverna, ni renunciar a las tecnologías y medios de control del entrenamiento, ni a las RRSS, pero hay que saber utilizarlas. Sed inteligentes, vivid vuestro entrenamiento como parte de vuestra vida, y recordad, las comparaciones con dorsal.