Algunos psicólogos apuntaban que la cuarentena podría llegar a confundirnos y perder o cambiar la percepción de la realidad y, por supuesto, que el Triatlón no iba a estar exento de ello. El ZWIFT ha sido la salvación para miles (o millones) de deportistas profesionales y populares del mundo entero, aunque ella también ha venido cargada de polémica. Mientras unos recurren a trampas para engañar al software y ganar las carreras que no pueden ganar en la vida real, otros cargan contra estos (sean «culpables» o no). Creo que ni los primeros, ni mucho menos los segundos, entienden que todo esto se trata de un simple videojuego y que el objetivo es entrenar y pasarlo bien.
La polémica llegó a su punto más álgido entre ayer y hoy, donde se celebraba la segunda etapa del ZWIFT ProTri Races series donde Albert Moreno finalizaba 2º por delante de grandes nombres de la corta, media y larga distancia. Apenas una hora después de acabar esa prueba se incendiaban las redes sociales con críticas y dudas hacia el triatleta español que se impuso ante triatletas como los hermanos Brownlee o Lionel Sanders. Hasta aquí todo normal, ya que estos «intercambios de opiniones» provenían de triatletas populares o triatletas pseudopro, nada nuevo en redes sociales en pleno año 2020.
¿ESTAMOS PERDIENDO LA CABEZA?
Lo realmente triste llegaba horas después, donde eran los triatletas profesionales los que usaban sus redes sociales para criticar a los triatletas que quedaron delante y culparles de realizar trampas en la plataforma. Y no cualquier triatleta, sino algunos de la talla de Richard Murray o Lionel Sanders. Otros que tampoco entienden que esto se trata de un juego y, si no saben perder aquí, que duro tiene que ser fracasar en la realidad.
Primero era el sudafricano Richard Murray el que, señalando el tiempo de los primeros clasificados, duda de ellos y asegura que después del coronavirus estos triatletas están preparados para disputar el Tour de Francia. Acaba su mensaje con un «por suerte es sólo para divertirse». Incongruente esta última frase con una queja pública de pataleta.
Más tarde era Lionel Sanders el que recurría a su popular canal de YouTube para retransmitir la carrera y hacer sus declaraciones postmeta, dudando también del dato de «sus rivales»…