Cuando las cosas marchan bien tienes mucha gente a tu lado. Cuando las cosas se tuercen y las situaciones no te sonríen pierdes a muchos de ellos, incluso, alguno de ellos, se atreven a lanzarte piedras con la mano medio escondida.
El 4 de marzo Javier Gómez Noya vencía en la WTS de Abu Dhabi siendo ese triunfo su retorno a la máxima competición tras una desafortunada caída que le apartó de los JJOO de Río 2016. En estos cinco meses una auténtica montaña rusa de resultados y situaciones le han acompañado alrededor del mundo, quizás con más malos momentos que buenos, pero durante todo ese tiempo seguía siendo Javier Gómez Noya, el mejor triatleta de la historia, aunque quizá a muchos se les olvidaba…
Que si preparar media distancia ha acabado con él, que si con sus años ya no puede pretender luchar de tú a tú con los jóvenes, que si desde aquella operación no ha vuelto a ser el mismo, que si ha perdido la ilusión…Todo esto (y muchas cosas más) se han oído y leído en las redes sociales así como en varios medios deportivos (incluso algunos se autodenominan “especializados”).
Llegó la cita de Montreal y con ello el “todoterreno gallego” cortaba la cinta de meta y se proclama vencedor. Quizá si se tratara de otro deportista habría cruzado la línea de meta con su dedo índice tapando su boca y haciendo callar a todos los que han hablado más de la cuenta, y podría haber sido lo justo, pero por supuesto Javier tiene mucha más clase que todo eso.
También en Montreal consiguió un hito más: ser el triatleta más mayor en ganar una WTS.
“Los viejos rockeros nunca mueren”, o eso dicen… ¡Gracias por todo Javi!