Los triatletas y las compañías aéreas, una historia interminable.
Muchas son las historias y anécdotas (negativas) que vemos años tras años entre los triatletas y las compañías de vuelos con pérdida de maletas y material, retraso en las entregas, roturas de bicicletas, etc. Algo que parece que pasa en la mayoría de las compañías, pero algo que parece acentuado en Iberia.
Hace unos meses vimos el caso de Saleta Castro, a la que, la compañía “Vueling”, la perdía su bicicleta y maletas cuando se encontraba camino del Ironman de Maastricht para buscar la clasificación a Kona.
Poco más tarde, nos llegó el suceso caso del también gallego Uxío Abuín, al que le destrozaban la bicicleta, transportada en una maleta de seguridad. Cuadro partido y rueda de perfil perforada, algo que da que pensar de la forma con la que tratan nuestro material. A día de hoy, sigue sin recibir la correspondiente indemnización.
El último caso de esta larga lista nos llega por parte del joven Carlos Sosa. En su trayecto Madrid-Gran Canaria con Iberia, tuvo que facturar una mochila por exceso de equipaje. Tras cerciorarse de que la mochila iba completamente cerrada para evitar sustracciones, facturó dicha maleta con numerosos artículos de valor en su interior. Su sorpresa al ir a recoger su equipaje e que está abierto (sin los mosquetones que puso para la seguridad), con los correspondientes robos de 250€ en metálico, Garmin 920XT, GOPRO Hero4, Oakley Radar, una calculadora, incluso hojas de un cuaderno. Con todo esto suma más de 1000€ en pérdidas.
Consecuencias de la masificación de vuelos y el poco interés por parte de las compañías de la seguridad de los pasajeros así como de su respectivo material. Esperemos que las reclamaciones interpuestas a las compañías prosperen y dejen de ocurrir estas cosas.