Se cumplen, nada más ni nada menos, que 25 años desde que el extremeño Kini Carrasco aterrizó en la élite del deporte. Un 30 de enero de 1985 un accidente le arrebató su brazo izquierdo y, lejos de lamentarse y darse por vencido, luchó para llegar a ser uno de los deportistas más reconocidos en el mundo paralímpico.
El hijo predilecto de la ciudad de Cáceres reconoce que el accidente le cambió la vida a mejor… «hoy no me acuerdo de mi brazo sólo para agradecerle que su pérdida me ha hecho más fuerte y conseguir cosas que con él nunca habría conseguido, por ejemplo que tú me estés leyendo ahora, o ser hijo predilecto de mi ciudad o lo mejor de todo, poder ser ejemplo de los más jóvenes y ayudarles a valora la vida. Por eso y por muy fuerte que parezca no cambiaría mi vida por tener dos brazos». Unas duras declaraciones de un deportista aún mas duro…
¡Enhorabuena y a por otros 25 años de lecciones!