El triatleta estadounidense de 63 años Kevin Moats ha vuelto a pitar. Positivo por testosterona, en una prueba realizada justo antes del Mundial de Ironman de Hawai de este pasado 2017. Este triatleta acumula 6 mundiales en su grupo de edad y, al parecer, todas bajo el dopaje. Así lo confesó al medio local “Slowtwich”.
Moats ya fue suspendido por testosterona el 30 de enero de 2012. Alega que su consumo de esta sustancia es por razones de salud y bajo la supervisión de un médico. Sin embargo, Moats nunca ha solicitado un TUE, hasta que fue cazado y era la única manera de librarse.
Moats estuvo de juicios hasta finales de 2012, entregando documentación médica con la esperanza de “que le salvaran el culo”, cosa que jamás sucedió. Esta vez ha decidido no impugnar el resultado, ya que, como bien ha aprendido del pasado, es una pérdida de dinero y el resultado no cambiará; con lo que admite un nuevo dopaje en su carrera.
De nuevo se vuelve a sembrar la polémica. Siempre se mira al PRO como posible “tramposo”, olvidándonos que una persona que tiene su trabajo, familia (y un largo etc.), también puede cometer ridiculeces como estas. Quizás a estas personas no las importa ser campeones del mundo, pero lo que tienen claro es que quieren ser el mejor de su grupo de “colegas», poder fardar en redes sociales y ser los más “TOPs” de su “grupeta” del domingo. Es demasiado triste. Y para nada es un caso aislado…