Una bienvenida digna de una llegada de un deportista tras los JJOO. Este no era el caso, pero la ocasión bien lo merecía, no todos los días se compite en un Mundial y se está por la lucha de los puestos de honor.
Tras una descalificación (polémica e injusta cuanto menos), Dapena regresa a casa con una espinita clavada, ahora seguro algo más sanada tras un gran recibimiento a su llegada al aeropuerto de Vigo después de 24 largas horas de viaje.