2 días antes del Ironman de Hawaii fue atropellado de gravedad. De haber estar luchando por un podio en una de las carreras más prestigiosas del mundo a estar en la cama de un hospital con un futuro incierto.
Una fractura de vértebra y cuello lo dejaba totalmente K.O. Tras un largo proceso de recuperación entre muchos médicos y una buena dosis de paciencia, como se suele decir, después de la tempestad llega la calma. 4 palabras que demuestran fuerza a la par que mucha rabia por un sueño truncado: Road to Kona 2018.
Ya ha sido “liberado” de un cabezal de hierro con clavos incrustados en su cráneo que le han acompañado durante los momentos más duros. A partir de ahora, unos bonitos sueños sustituyen a esos clavos en su cabeza.